En diciembre de 2015, Mauricio Macri, un ingeniero civil que saltó a la vida pública como presidente del popular club de fútbol Boca Juniors y como alcalde de Buenos Aires, se juramentó como nuevo mandatario de Argentina.
Heredero de una de las familias más ricas del país, Macri era visto por muchos como un líder pro-empresas que ayudaría a abrir a Argentina al mundo. Pero cuando terminó su mandato en 2019, el país estaba sumergido en una profunda recesión.
Mientras Mauricio aún era presidente, Gianfranco, su hermano menor, creó discretamente una empresa en Luxemburgo, un pequeño país en el corazón de Europa conocido por sus bajas tasas impositivas y su secreto financiero.
La compañía, Lares Corporation S.A. SPF, puede ser ahora la clave para destapar un escándalo de corrupción que lleva años rodeando a la familia Macri.
Una investigación de OCCRP y del diario argentino La Nación muestra que fue parte de una cadena de entidades registradas en Argentina, España y Luxemburgo usadas para comprar y vender seis parques eólicos. Este negocio, posiblemente corrupto, les habría permitido ganar al expresidente y a sus familiares unos 70 millones de dólares.
Desde 2018 las autoridades argentinas investigan a Gianfranco Macri y a al menos un funcionario del gobierno de su hermano en relación con el negocio.
Una fuente cercana al juzgado que lleva la causa dijo que el descubrimiento de la nueva compañía de Luxemburgo podría ser una pieza clave para entender cómo los Macri se beneficiaron del esquema, en momentos en los que la investigación se había estancado.
"Nos sirve para completar la trama, el esquema del negocio", dijo la fuente, que habló bajo condición de anonimato.
Un portavoz de la familia Macri confirmó que la familia usó Lares Corporation para invertir en energías renovables, pero aclaró que la empresa había sido declarada ante las autoridades en Argentina.
OCCRP no pudo confirmar si Lares Corporation en efecto fue declarada a las autoridades fiscales, pero la fuente del juzgado afirmó que la empresa no era conocida por los investigadores.
Anteriormente la familia Macri ha dicho que la operación de los parques eólicos no fue una "compraventa oportunista", sino un intento de evitar un conflicto de intereses. Los parques se vendieron debido a la "necesidad de desprenderse de negocios ligados al Estado", dijeron al periódico argentino Perfil.
La ropa sucia de los Macri
Ventas sospechosas
En 2009, la empresa Isolux Ingeniería, subsidiaria del grupo español Isolux Corsan, obtuvo una concesión para construir cuatro parques eólicos en la provincia de Chubut, al sur de Argentina. Para 2015, cuando Macri llegó al poder, solo habían puesto en marcha uno.
Acorralada por las deudas, Isolux vendió en octubre de 2016 Isolux sus concesiones a dos empresas argentinas: Sidsel S.A. y Sideli S.A.
Sorprendentemente, el gobierno de Macri adjudicó a Isolux otras dos concesiones de parques eólicos por la misma época, que la empresa española rápidamente vendió a uno de los mismos compradores. El día en que se anunciaron los resultados de la licitación, el entonces ministro de Energía de Argentina, Juan José Aranguren, dio una rueda de prensa en la que celebró la transparencia de la operación.
"El Gobierno nacional está muy satisfecho por la repercusión que ha tenido este proceso", dijo.
"Con la transparencia, la ausencia de discrecionalidad y las reglas claras que se han mantenido durante todo el proceso, los inversores han demostrado que están dispuestos a confiar en Argentina y a confiar en sus autoridades... para garantizar la seguridad energética."
En julio de 2017, Isolux se declaró en quiebra.
Y en apenas un año, Sidsel y Sideli, que habían comprado seis concesiones por 25 millones de dólares las vendieron por 95 millones de dólares. Eso les supuso un beneficio de 70 millones de dólares. Una empresa china compró cinco parques eólicos y una fue a parar a una empresa argentina.
En ese momento, el papel de los Macri en la operación quedó oculta tras varias capas de empresas. Eso cambió a principios de 2018, cuando Perfil publicó un explosivo informe que mostraba que el contador de confianza de la familia había creado cuatro de las empresas implicadas en la compra-venta.
Entre ellas se encontraban Sidsel y Sideli, las dos empresas utilizadas para comprar y vender las eólicas, Usir Argentina que las controlaba y que se creó apenas dos semanas después de Mauricio Macri llegara a la Casa Rosada.
Artículos posteriores revelaron que dos estrellas del fútbol argentino, Carlos Tévez y Guillermo Barros Schelotto, históricos de Boca Juniors, el club que Macri dirigió con éxito, también invirtieron millones de dólares en los parques eólicos.
En 2019 Perfil también informó que el entramado societario de la familia Macri era gestionado por la sociedad luxemburguesa Rainbow Finance, a través de empresas en Argentina y España.
Rainbow Finance parecía un callejón sin salida, ya que ni los periodistas ni las autoridades sabían cómo estaba conectada la empresa con los Macri. Aunque era el “holding” que controlaba las entidades involucradas en el negocio eólico, nadie de la familia aparecía en sus documentos.
La investigación de OCCRP y de La Nación muestra que la conexión era Lares Corporation S.A. SPF., la empresa que Gianfranco creó en Luxemburgo mientras su hermano era presidente. SPF.
Esta revelación explica cómo los Macri pudieron canalizar dinero en el negocio eólico sin dejar rastro para las autoridades argentinas. Aunque en 2019 Luxemburgo lanzó un registro de beneficiarios finales de sus empresas, Le Monde y OCCRP tuvieron que trabajar por meses para extraer millones de documentos e indexarlos para que los nombres de los titulares reales fueran consultables.
Aunque un portavoz de la familia Macri confirmó que Lares invirtió en los parques eólicos a través de Rainbow Finance, sostuvo que Rainbow Finance era "un fondo de inversión compartido", en el que Gianfranco Macri no fue el único en invertir. Y que fue “poco o nada” lo que se puso. OCCRP no pudo confirmarlo. Sobre el papel, el patrimonio total de Lares Corporation siempre ha oscilado entre 27.000 y 31.000 euros.
Cuando se les preguntó por qué la familia Macri estructuró la operación a través de Luxemburgo, una jurisdicción conocida por sus bajos impuestos y su secreto financiero, su portavoz dijo que habían querido evitar la burocracia y tener más flexibilidad para buscar financiación o salir del negocio si era necesario.
“No fue por razones fiscales, si no comerciales,” dijo el portavoz.
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La matrioshka de los Macri
El diputado Rodolfo Tailhade, uno de los dos legisladores que presentó una denuncia penal después de que se publicara el primer artículo de Perfil sobre los negocios de los parques eólicos, tiene otra opinión sobre por qué los Macri estructuraron el negocio a través de Luxemburgo.
“La única justificación para estructurar los negocios como una mamushka a través de compañías offshore es la necesidad de esconder los beneficios, evadir impuestos y blanquear activos,” dijo Tailhade al OCCRP.
"En Argentina todavía no se pudo establecer cuál fue el nivel de facturación de estas sociedades que invirtieron en los parques eólicos, porque los Macri no presentan la documentación correspondiente a las [autoridades]", añadió Tailhade.
"Este entramado de sociedades offshore impide saber cuáles fueron los beneficios y dividendos del negocio".
La fuente cercana a la causa de los eólicos dijo que el descubrimiento de Lares Corporation podría ayudar a reactivar la investigación, que está estancada por las dificultades que los investigadores han tenido para obtener información de fuera de Argentina.
"Tenemos conocimiento... de la existencia de Rainbow en Luxemburgo", pero no de Lares, dijo la fuente.
“Esta información es muy valiosa para la investigación porque es casi imposible que manden información del exterior en la pandemia”.
Los investigadores comenzaron a examinar el acuerdo después del primer informe de Perfil en 2018.
En febrero de 2019, un juez federal ordenó que se levantara el secreto fiscal de Gianfranco Macri para poder rastrear el movimiento de dinero relacionado con la compra de los parques eólicos, según informan medios locales.
El juez, Marcelo Martínez de Giorgi, estaría interesado en un préstamo de 5 millones de dólares a Gianfranco realizado por una de las empresas argentinas controladas por los Macri.
La fuente cercana a la causa explicó que los investigadores están estudiando una posible colusión entre las empresas que poseían los Macri y funcionarios del gobierno que se habrían hecho los de la “vista gorda".
"Es lo que se está investigando como hipótesis mínima", dijo la fuente. "Además de que la familia presidencial hizo un excelente negocio gracias a eso".
“La hipótesis es que [los Macris] fueron beneficiados por algún funcionario en ese momento para obtener esa ganancia. Isolux puede haber actuado como tapadera, como capa, para permitirles hacer sus negocios en secreto".