Apenas terminado el siglo XIX, un oficial naval alemán llamado Johannes Behrens se dispuso a viajar alrededor del Mediterráneo y más allá.
El marinero, originario de Bremen, no era sólo un militar. Parece que tenía un ojo extraordinario para las antigüedades de alta calidad. Compró destacados tesoros mientras viajaba: un elaborado cuenco romano de plata, exquisitas tallas del Antiguo Egipto y una ornamentada máscara griega de bronce.
Muchas de ellas fueron tan impresionantes que terminaron exhibidas en algunos de los museos más prestigiosos del mundo. Desde el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York hasta el Louvre Abu Dhabi, espectaculares antigüedades fueron atribuidas a la “colección Behrens”.
Pero ha surgido nueva evidencia en los años recientes, que sugiere que el marinero alemán nunca coleccionó los objetos que se le atribuyen. De hecho, puede que él nunca haya existido.
De acuerdo con investigadores franceses y estadounidenses, los objetos supuestamente adquiridos por Behrens fueron en realidad introducidos por una red acusada de traficar antigüedades desde Egipto.
A finales de 2023, un viejo vendedor de arte llamado Serop Simonian, quien administraba una tienda en la ciudad alemana de Hamburgo —no muy lejos de donde se supone que nació Behrens— fue arrestado y enjuiciado en Francia por traficar múltiples antigüedades atribuidas a la colección del marinero alemán.
Simonian y otros presuntos miembros de la red rechazaron las acusaciones, pero la investigación continúa. Los intentos de contactarlo a través de sus abogados fueron infructuosos.
Aunque el caso de Simonian ha sido ampliamente reportado, una serie de objetos aparentemente coleccionados por Behrens —incluido uno que fue vendido por más de 200 mil dólares— no han sido identificados públicamente, tal como encontró Arab Reporters for Investigative Journalism (ARIJ), aliado de OCCRP en el Medio Oriente.
Esa lista incluye un cuenco romano vendido por la casa de subastas Christie’s en 2010, una losa de piedra tallada en mármol griego vendida también por Christie’s en 2012 y una máscara grecorromana de bronce comprada por la italiana Sorgente Group Foundation en 2010.
ARIJ pudo identificar las antigüedades buscando menciones a Behrens en datos públicamente disponibles de casas de subasta y otras instituciones. Ninguno de estos tres objetos han sido señalados por investigadores estadounidenses o franceses dado que se encuentran fuera de sus jurisdicciones.
Una vocera de Christie’s declaró que no tenían comentarios sobre los casos pero agregó que “en general, Christie’s toma muy en serio estas situaciones”.
El Sorgente Group no respondió a las solicitudes de comentarios.
Tess Davis, directora ejecutiva de The Antiquities Coalition —una organización de activistas— dijo que, con contadas excepciones, las antigüedades en el mercado han sido obtenidas ilegalmente en algún punto, a menudo extraídas de sitios arqueológicos, tumbas, templos y otras fuentes.
“Existe un número sorprendentemente pequeño de fuentes legales de antigüedades, a pesar del gran mercado legal”, señaló. Esto crea un incentivo para que los criminales “laven” antigüedades ocultando su origen real.
“La documentación falsa, incluida la creación de colecciones o coleccionistas ‘históricos’ de la nada, es crucial para estos fraudes. Después de todo, es más fácil falsificar una procedencia que una antigüedad”.
La estela del Rey Tutankamón
En 2017, el egiptólogo francés Marc Gabolde se cruzó con un tweet escrito por su colega egiptóloga Susanna Thomas. Esta decía que se sorprendió al encontrarse con una hasta entonces desconocida piedra tallada, clasificada como una estela, datada en el reino del faraón Tutankamón, en el Louvre Abu Dhabi. Gabolde inmediatamente se interesó.

Una estela, datada en el faraonato del Faraón Tutankamón, en el Louvre Abu Dhabi
Resultaba sorprendente que una pieza tan fina apareciera en una institución prominente sin que los académicos estuvieran al tanto de su existencia. (El Louvre Abu Dhabi usa la marca Louvre y recibe otros apoyos bajo un acuerdo franco-emiratí).
“¿Alguien sabe ALGO de esto? El Louvre de Abu Dhabi exhibe una preciosa estela con #Tutankamón de la que nunca habíamos escuchado antes (!!)”, escribió Thomas en Twitter, ahora X.
La estela fue atribuida a un vendedor egipcio, Habib Tawadros, que se dice la había vendido al marinero alemán Behrens en 1933.
Curioso, Gabolde buscó en los orígenes de la pieza pero no pudo encontrar alguna señal de Behrens en los registros públicos que revisó. Él manifestó sus dudas sobre la propiedad de la estela al Musée du Louvre, pero no recibió respuesta alguna.
Las autoridades francesas iniciaron subsecuentemente su propia investigación sobre las licencias relacionadas con artefactos que habían sido vendidos al Louvre Abu Dhabi, incluida la estela del rey Tut.
Estas concluyeron con el expresidente del Louvre acusado de tráfico en 2022. El año siguiente, una corte francesa rechazó su apelación para que los cargos fueran retirados.

El expresidente del Louvre, Jean-Luc Martinez
Simonian, que poseía la Galería Dionysos de Monedas Antiguas y Antigüedades en Hamburgo, fue arrestado en septiembre de 2023 y acusado de coordinar la venta ilegal de artefactos, incluyendo la estela del rey Tutankamón por 8,5 millones de euros. Él rechazó los cargos.
Fiscales dijeron a OCCRP que las investigaciones continúan en Francia. En mayo de 2024, la Fiscalía del Distrito de Manhattan dijo que había retornado 10 objetos a Egipto basándose en información del caso.
El escurridizo marinero alemán
En su defensa, Simonian aseguró que su familia tuvo una colección de objetos en la década de 1970 y produjo documentos que mostraban que Behrens las había comprado legítimamente a Tawadros.
Todo indica que Tawadros negoció con antigüedades —es referenciado en libros y documentos de la época, incluyendo un anuncio de los 1950 para su tienda en “The Egyptian Tourist’s Companion”—. Pero una fuente de las investigaciones francesas, que solicitó anonimato, dijo que los investigadores no pudieron haber localizado evidencia de que Tawadros estuvo activo en los 1930.
En Nueva York, otro escándalo emergió cuando investigadores encontraron evidencia de que el sarcófago dorado del sacerdote Nedjemankh —pieza central de una exhibición en el Metropolitan Museum of Art en 2018— podría haber sido robado. La pieza fue retirada y enviada de vuelta a Egipto antes de que la exposición hubiera siquiera terminado.
En una carta al Ministerio Egipcio de Antigüedades, obtenida por ARIJ, la Fiscalía del Distrito de Nueva York escribió que sus investigadores habían encontrado la licencia que mencionó Simonian tenía un importante número de inconsistencias, entre ellas en las fechas y un sello gubernamental que reza “AR Egypt” (República Árabe de Egipto) siendo que, en ese tiempo, su nombre oficial era República Árabe Unida.

El sarcófago dorado del sacerdote Nedjemankh fue devuelto a Egipto
Desde que las investigaciones se hicieron públicas, el origen de otros prominentes objetos atribuidos a Behrens también despertaron dudas.
Estos incluyen un retrato pintado —usado como máscara funeraria egipcia— comprado por el millonario suizo Jean-Claude Gandur por cerca de 1 millón de euros. Gandur dijo que no ha podido encontrar evidencia de que Behrens existiera y que sabe el origen de la pintura fue falsificado.
Una antigua pata de mesa con una cabeza de cabra tallada, atribuida a Behrens, fue adquirida por el Museum of Fine Arts de Boston en 2010. Su ficha dice ahora que reportes de prensa han “levantado dudas en la veracidad de este historial de propiedad”.
“El Departamento de Estado de los EEUU reveló que la autenticidad de los documentos en el historial de propiedad de la pieza es dudosa, lo que podría indicar un nuevo saqueo arqueológico”, dijo Karen Frascona, directora de Marketing y Comunicaciones del MFA, a ARIJ.
Fragmentos de pinturas de la era Bizantina, que describen el cruce bíblico del Mar Rojo y fueron adquiridos por el MET Museum de Nueva York en 2014, también se atribuían al marinero. Después fueron devueltos a Egipto.
Davis, de The Antiquities Coalition, dijo que desarrollar “un mercado legal fortalecido y más transparente podría definitivamente debilitar al mercado negro” de antigüedades.
Pero también se requieren regulaciones más robustas en la materia. Hasta ahora, los compradores de antigüedades no se benefician de las mismas protecciones anti-lavado de dinero que son básicas para otros bienes de alto riesgo como la joyería o los metales preciosos, explicó.
“Las antigüedades pueden sobrepasar fácilmente el precio de autos o bienes raíces, pero a diferencia de estos, los títulos legales son increíblemente difíciles de probar”, agregó.
“Si vendedores y compradores comercian el arte y las antigüedades como un activo financiero, entonces la ley debe hacer lo mismo”.