Mr. HispanoPreneur™: el hombre detrás del COVID-desastre de $47 millones de dólares en Honduras

Investigación

Así fue como un autoproclamado gurú de los negocios se hizo con 16 millones de dólares para entregar hospitales móviles para pacientes de COVID-19 y luego entregó equipos inútiles con meses de retraso.

Banner: Edin Pasovic/OCCRP

16 de octubre de 2020

Fue a principios de julio cuando David Velásquez, entonces de 29 años, empezó a sentir dolor y fiebre, síntomas de que podía tener COVID-19. Su hermano José lo llevó rápidamente a un centro de emergencia en Honduras para que le hicieran el examen del virus y lo sometieran a un tratamiento, pero todo lo que encontró fue caos.

“Era una desorganización bárbara”, recordó José desde su casa en Tegucigalpa, la capital de Honduras. "Deberían de darle prioridad en ese entonces a los pacientes que iban más graves o que llevaban síntomas que ya era como de meterlos de emergencia. No ponerlos a todos a hacer fila por igual”, explicó.

Días después, la salud de David empeoró y su médico le dijo que tenía que ingresar a urgencias, pero todos los hospitales que su familia contactó estaban llenos. Un hospital privado tenía espacio pero le pedían más de 24.000 dólares para internarlo y ponerle un respirador, mucho más de lo que podían pagar.

A David le tocó quedarse en casa. Por suerte, el médico que lo atendió encontró un tanque de oxígeno para mantenerlo en vida. Algunos de sus vecinos no fueron tan afortunados.

En ese momento, la pandemia ya estaba desbordando el precario sistema de salud de Honduras. Antes de la COVID-19, este país centroamericano de 9,3 millones de habitantes tenía menos de una cama por cada mil personas, una de las peores tasas de América Latina. A principios de julio, más de 20.000 personas habían sido infectadas y medios de comunicación locales reportaron que la mayoría de los hospitales estaban desbordados.

Esta era una situación que el gobierno de Honduras había buscado evitar. Después de que se detectaron los primeros casos de coronavirus en el país a mediados de marzo, el gobierno gastó millones en siete hospitales móviles. Marco Bográn, el entonces director ejecutivo de Inversión Estratégica de Honduras (INVEST-H), que se encargó de las adquisiciones de emergencia, dijo que el objetivo era añadir más de 450 camas al sistema, quintuplicando la capacidad instalada del ministerio de Salud.

Se han escrito muchos artículos, auditorías e informes sobre el desastroso - y posiblemente ilegal - proceso de contratación de los hospitales móviles. Ahora, OCCRP y el medio hondureño El Pulso revelan cómo fue el tras escena de la operación: INVEST-H encontró en Internet una compañía aparentemente desconocida y pagó una tarifa exageradamente inflada de 47 millones de dólares por los hospitales, sin siquiera firmar un contrato. Documentos confidenciales muestran que un intermediario incrementó los precios de por lo menos 16 millones de dólares, mientras entregó equipos inútiles para la tarea, con meses de retraso.

Nuevos documentos también muestran que la compañía estadounidense mintió acerca de dónde estaba obteniendo el equipo y exigió estricta confidencialidad y control sobre todo el procedimiento.

Tuvieron que pasar seis meses para que los dos primeros hospitales llegaran. Ambos en malas condiciones y sin los respiradores necesarios para atender a los pacientes con síntomas graves de coronavirus. Otros dos arribaron solamente hasta el 11 de octubre pasado.

"Nadie sabe lo que tienen", dijo el doctor Carlos Umaña de la Asociación de Médicos del Seguro Social. “Las instalaciones no son de cuidado intensivo, son definitivamente hospitales para triaje y lo vendieron como si fueran hospitales de cuidados intensivos”, indicó.

El hombre detrás del negocio, Axel G. López, es difícil de encontrar. Durante varios meses los reporteros trataron de contactarlo sin éxito. Después de desaparecer por varias semanas, parece que ahora está en el proceso de construir los nuevos hospitales. Pero no está claro cuándo estarán todos listos.

Crédito: REUTERS/Jorge Cabrera
Enfermeras con equipos de protección conversan tras ayudar vendedores ambulantes en un centro temporal de acogida en Tegucigalpa en medio de la pandemia de Covid-19.

Mr. HispanoPreneur™

López, de 59 años, es originario de Guatemala. La introducción a un libro que auto publicó en 2014, describe cómo un grupo de mexicanos lo secuestró en su juventud mientras buscaba entrar a Estados Unidos. Una vez su familia en Los Ángeles pagó el rescate, dice, lo entregaron a un coyote que lo escondió en un compartimento secreto en la parte trasera de una camioneta y lo pasó de contrabando por la frontera.

Después de graduarse de la universidad en Los Ángeles, se casó y se enroló en la Armada de Estados Unidos. Cinco años después López se retiró y se mudó con su familia a Orlando, Florida, donde se lanzó en el mundo de los negocios. Empezó como comerciante, incluido en equipos médicos, antes de fundar su propia empresa. López afirma haber tenido muchos apodos que se refieren a sus proezas empresariales a lo largo de los años, incluyendo "Mr. Cash King” (Señor rey del dinero) y “The Hispanic Guru” (El gurú hispano). Hoy se presenta como “Mr. HispanoPreneur™” (Una contracción entre “hispano” y “emprendedor” en inglés) y se publicita como un experto en marketing y consultoría de negocios en América Latina.

En su libro, titulado "How to Do Successful Business in Latin America" (Cómo hacer negocios exitosos en América Latina), López habla sobre sus aprendizajes en más de dos décadas de experiencia. Sus secretos para ser exitosos en América Latina incluyen acercarse a las élites políticas y empresariales locales, así como pagar sobornos cuando sea necesario. Aunque recomienda conseguir a otra persona que lo haga por uno.

Los consejos del señor Cash King

“Muchas empresas contratistas, estadounidenses, europeas o asiáticas participan en grandes proyectos de infraestructura en América Latina. Así que, en vez de buscar tratos directos con los gobiernos locales, póngase en contacto con estas, si su producto o servicio se ajusta a sus perfiles, o licitación, requisitos o propuestas, pueden correr todos los riesgos, pagar sobornos, conseguir subcontratistas, tratar con el gobierno para que usted pueda mantenerse al margen y minimizar su exposición y obtener su porción de utilidad del proyecto...”.

“Concéntrese principalmente en que, si sus personas locales ganan proyectos, le paguen a usted por sus bienes y servicios, y usted les deja el resto a ellos. Mejor si usted o su empresa no están directamente involucrados en estos acuerdos, pues puede terminar comprometido y hay leyes contra las prácticas corruptas”.

“Asegúrese de que está hablando con las personas indicadas vinculadas con los negocios o el gobierno para obtener el negocio que busca”.

“Este entorno de corrupción está vinculado en su mayor parte, por supuesto, a las transacciones con el gobierno. Si su empresa vende soluciones en el sector energía, proyectos de infraestructura, puentes, electricidad, plantas de agua, y similares, deje que los locales resuelvan cómo se manejarán y pagarán las cosas. No se involucre, más allá de trabajar y estar del ‘lado ganador’”.

Los reporteros encontraron siete empresas en Estados Unidos vinculadas a López. Seis de ellas están registradas en una misma dirección y tres tienen socias en Turquía con prácticamente el mismo nombre: Vertisa Medical Waste Technology, DLR Medikal y Elmed Medical Systems.

Fue esta última que el gobierno hondureño seleccionó para comparar los hospitales móviles.

La dirección oficial de Elmed corresponde a un buzón dentro de un local de la empresa de logística UPS, ubicado en un centro comercial en Orlando. Aunque en su página web Elmed afirma que ofrece “hospitales móviles, clínicas y soluciones móviles”, bases de datos de comercio exterior muestran que no registra la venta de este tipo de productos.

Bográn, el exdirector ejecutivo de INVEST-H, dijo que encontró la compañía navegando por Internet. Indicó que Elmed, que opera bajo el nombre comercial de “HospitalesMoviles.com (Hospitales Móviles USA)”, fue la única empresa que prometió suministrar los equipos que necesitaban.

Pero otras evidencias indican que López tal vez aplicó algunos de los consejos que da en su libro y pudo haber usado contactos políticos para sellar el trato. Por un lado, él mismo le dijo a un medio hondureño que la embajada de Honduras en Estados Unidos pasó la información para que lo contactaran.

Hay también una foto antigua que circula en las redes sociales que parece mostrar que tuvo en el pasado contactos con la familia Bográn.

La imagen muestra a López con la tía de Marco Bográn, María Antonieta Guillén de Bográn, quien fue vicepresidenta de Honduras de 2010 a 2014.

Tanto Marco como Guillén de Bográn han negado haber tenido vínculo alguno con López. Mientras que María Dolores Agüero, quien era embajadora en Washington hasta hace unas semanas, también negó haber tenido contacto con López.

Crédito: OCCRP
Mujer perteneciente a una brigada sanitaria en la capital de Honduras le toma la temperatura a un peatón.

Millones de vidas en riesgo

INVEST-H comenzó a buscar hospitales móviles en marzo, mientras la COVID-19 se propagaba rápidamente alrededor del mundo. Según Sireya Díaz, portavoz de la entidad, se voltearon al mercado internacional después de una búsqueda exhaustiva por un proveedor local.

Pero un duro informe de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), el capítulo hondureño de Transparencia Internacional, revela que INVEST-H no adelantó el proceso de licitación adecuado y solamente enviaron correos a varios proveedores pidiendo información sobre hospitales móviles.

El reporte cuestiona por qué INVEST-H eligió a Elmed y señala que emitió casi de inmediato una orden de compra para los dos primeros hospitales, aunque los otros proveedores potenciales todavía pedían información sobre las especificaciones de los hospitales.

El documento concluye que INVEST-H “no ha desempeñado adecuadamente su función de manejar transparente y efectivamente la responsabilidad de usar los más de USD 80 millones invertidos en responder a la pandemia de COVID-19”. Esta falla, advierte, “podría poner en riesgo la vida de millones de hondureños".

Un informe separado del centro de Asistencia Legal Anticorrupción (ALAC) de ASJ encontró que INVEST-H “no siguió ni sus propios lineamientos de contratación en las compras de emergencia de COVID-19”.

Bográn, manifestó ante el Congreso Nacional que las compras no fueron aprobadas por la junta directiva de INVEST-H por la declaración de emergencia. Este mes lo arrestaron por cargos de “malversación de caudales públicos”.

Un documento obtenido por OCCRP y El Pulso muestra que la compañía de López le envió a INVEST-H la orden de compra por dos hospitales móviles el 18 de marzo. Ese mismo día, López mandó una propuesta de acuerdo comercial a SDI Global LLC, un proveedor militar que hace desde armas hasta equipos de salud. El mensaje está escrito de manera confusa, pero López parece estar haciendo un pedido.

López incluyó estrictos requisitos de confidencialidad, pidiéndole a SDI Global que no le diera información a nadie “A MENOS QUE LO HAYA DEFINIDO CONMIGO DIRECTAMENTE”. También insistió en que los hospitales móviles deberían llevar la marca de HospitalesMoviles.com y no la de SDI Global.

Al tomar parte en este acuerdo, López subrayó: “USTED y los socios de negocios acuerdan, en un momento posterior, fecha a determinar en la visita a Turquía y la reunión entre nosotros, y con el interés de forjar un acuerdo más fuerte, acordará formar una NUEVA empresa con nuestro nombre comercial actual”.

Aparentemente SDI no contestó y a los seis días, López volvió a enviarles un mensaje. La empresa finalmente le respondió el 26 de marzo, cuando el director Göktuğ Luay Humud envió una propuesta pidiendo más información. López nunca confirmó y no se hizo ningún contrato.

Pero López ya se había comprometido a suministrar los hospitales móviles a Honduras. El mismo día que recibió la orden de INVEST-H - y antes de que SDI Global le contestara - emitió una primera factura por 15.9 millones de dólares. Un segundo recibo de 31,5 millones de dólares siguió un par de semanas más tarde.

INVEST-H pagó estas dos facturas, por un total de más de 47 millones de dólares, en la cuenta bancaria de Elmed en el Chase Bank en Estados Unidos los 20 de marzo y 2 de abril. Estos giros se hicieron sin ninguna garantía o penalización por retraso en las entregas. Un correo electrónico muestra que INVEST-H solo le solicitó a Elmed documentos que probaran su existencia un día antes de que se realizara el primer pago.

Bográn defendió la decisión de pagar a Elmed 47 millones de dólares sin muchas preguntas diciendo que era necesario por la dificultad de conseguir material médico en medio de la crisis sanitaria global.

“En este momento de emergencia internacional el mercado está dictando las reglas del juego”, dijo a El Pulso en mayo. “Si queremos obtener los insumos tenemos que adaptarnos a esa nueva realidad de un mercado volátil y errático”.

En junio SDI Global negó haber tenido cualquier relación con Elmed y señaló que crearon una “propuesta falsa” porque utilizaron sus códigos de proveedores militares y “usaron ilegalmente nuestro folleto con fotos y descripción de nuestros productos”. Michael Murphy, su presidente, dijo que pusieron demandas contra López ante el FBI y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos , así como en Turquía, pero no dio más detalles.

Crédito: Seth Sidney Berry / SOPA Images/Sipa USA
Hondureños empobrecidos, duramente golpeados por la pandemia del coronavirus, protestan después de que una organización local de caridad se queda sin alimentos.

Precios inflados

Unas semanas después de realizar el pago, Bográn aseguró a El Pulso que estaban ya construyendo los hospitales móviles y que tenía contacto regular con el fabricante, que él pensaba era López.

“La fábrica es directamente de ellos y hemos hablado directamente con ellos, con el presidente de la compañía estando él en la fábrica en Turquía, nos está informando cada tres días los avances de la construcción”, dijo Bográn en ese momento.

En realidad, Elmed era como mucho un intermediario. Así lo dejó claro López en el acuerdo que le mandó a SDI Global con el que buscaba subcontratar la “fabricación” de los hospitales. Pero el “HispanoPreneur™” sí parece haber tenido un rol importante aumentando el costo del trato.

Un documento conocido por El Pulso y OCCRP detalla los beneficios que López pensaba obtener. Ahí, presiona a SDI Global para que le hagan descuentos y reduzca el precio de una unidad de 91 camas de 5,25 millones a 4,45 millones de dólares y de un hospital de 51 camas de 3,7 millones a 3,175 millones de dólares.

Sin embargo, en sus facturas a INVEST-H, López cobra 7,95 millones de dólares por una unidad de 91 camas y 5,75 millones de dólares por una unidad de 51 camas. Basándose en esas cifras, el gobierno de Honduras pagó sobreprecios de más del 50 por ciento o de más de 16 millones de dólares.

Otros llegaron a la conclusión que Honduras pagó incluso más.

ASJ contactó a dos compañías turcas que hacen hospitales iguales o similares y que le dieron precios de 2 a 3 millones de dólares menos cada uno por unidad. Basándose en cálculos similares, el Consejo Nacional Anticorrupción de Honduras (CNA) estimó que el Estado pagó 69 por ciento más de lo debido, permitiendo que López se ganara una comisión de más de 32 millones de dólares.

“El intermediario falsificó documentos fiscales a fin de hacer poder cuadrar los montos recibidos por parte de Invest-H”, señaló el CNA en su informe. “Tal acción constituye un delito de carácter transnacional”.

El ex presidente de Honduras, Porfirio Lobo Sosa, cree que definitivamente, su sucesor el presidente Juan Orlando Hernández tenía que haber estado al tanto de la compra.

“No hay forma de que él no supiera lo que se iba a hacer”, dijo Lobo Sosa. “No podían autorizar que se diera ese dinero sin que él lo autorizara”.

Un portavoz del gobierno fue consultado sobre esta afirmación, pero no contestó.

Crédito: INVEST-H
Dos hombres verifican los equipos que se incluyeron en dos de los hospitales móviles que llegaron a Honduras.

Viejo, usado y dañado

No está del todo claro dónde - o cuándo - se hicieron los dos hospitales móviles que Honduras recibió en julio. Llegaron casi cuatro meses después de que fueron comprados y mucho después del plazo de entrega que López había prometido.

Inspecciones realizadas por el Ministerio Público y el CNA encontraron que varias de las unidades parecían ser de segunda mano y estaban en algunos casos visiblemente dañadas y corroídas, según el periódico hondureño La Prensa. Una auditoría oficial de los hospitales encontró que hacen falta 61 respiradores necesarios para atender pacientes con síntomas severos de coronavirus, mientras que una lista de equipos revisada por los reporteros confirma que ningún aparato de este tipo fue entregado con las unidades.

La auditoría, publicada el 8 de octubre, también señaló que los hospitales no han sido puestos en servicio, en parte porque los ingenieros que los tenían que instalar nunca llegaron.

INVEST-H todavía está trabajando con López y publicó imágenes que muestran que el resto de los hospitales están siendo fabricados por una compañía turca llamada Vertisa Cevre Tek.

Esa compañía también tiene vínculos con López: incluye a Vertisa Medical Waste Technology, LLC, una de sus empresas en Florida, como su distribuidor en Estados Unidos. Y un texto sin fecha publicado en un foro empresarial en línea cita a López diciendo que las dos empresas se asociaron para formar VERTISA Medical Waste Technology.com.

OCCRP trató de contactar al CEO de Vertisa Cevre Tek, pero no obtuvo respuesta.

El propio López sigue escurridizo. El Pulso y OCCRP han tratado de contactarlo desde finales de mayo, pero no ha respondido a los mensajes ni a las llamadas. Incluso INVEST-H tuvo dificultades para contactarlo durante varias semanas en el verano.

“Te pido que nos mantengas informados de ser posible cada 3 a 5 días y si hay algún tipo de evidencia que puedas mandarnos de que en realidad todo eso está sucediendo”, escribió la directora encargada de INVEST-H, Evelyn Bautista, en un correo electrónico el 13 de julio.

López finalmente reapareció en agosto, cuando INVEST-H publicó un documento diciendo que Elmed estaba en el proceso de hacer el resto de los hospitales y compartió fotos que aparentemente muestran que los estaban fabricando. En un comunicado emitido al mismo tiempo, López se disculpó por los retrasos y prometió que estarían terminados para finales de ese mes.

Dos hospitales más llegaron a Honduras en octubre, pero al cierre de este artículo, tres aún no habían llegado. Un informe de una comisión técnica de INVEST-H que visitó la fábrica en Turquía enumeró 57 problemas técnicos y deficiencias con las unidades, incluyendo malos olores, programación incorrecta de los sensores de las puertas y acumulación de agua en sus techos. Inspectores también habrían encontrado desperfectos en los dos hospitales que llegaron a Honduras este mes, aunque no se habían entregado detalles aún.

José Gustavo Boquín, miembro de la junta encargada de dirigir temporalmente a INVEST-H, dijo que decidieron "acelerar el ritmo y apoyar al proveedor en todos los pasos posibles para que pueda cumplir con la entrega de los hospitales lo más rápido posible".

Bográn renunció a su puesto a finales de junio. Lo arrestaron este mes por cargos de “malversación de caudales públicos” después de que lo acusaran a él y a cuatro empleados más de INVEST-H de gastarse más de 4.000 dólares para hacer una cuarentena de 15 días en un hotel de lujo. Otra orden de captura fue emitida en su contra poco después, esta por que le habría entregado a su tío un contrato para supervisar la construcción de uno de los sitios donde se tiene que instalar uno de los hospitales móviles.

David, el joven infectado con COVID-19, se recuperó en su casa, lo cual, según su hermano, fue gracias a los esfuerzos sobrehumanos de su médico y las oraciones de su familia. Pero sigue con molestias pulmonares por lo cual se cansa fácilmente.

Cuando le preguntaron sobre la desastrosa compra de los hospitales móviles, José dijo: “Los tipos que hicieron eso y pensaron en eso no tienen perdón de Dios, jugar con la salud de los seres humanos”.

Kelly Bloss (OCCRP) y Nelfi Fernandez (El Deber) contribuyeron a esta historia.