Recientemente, OCCRP se convirtió en el centro de una teoría conspiratoria que sugiere que trabajamos junto con uno de nuestros donantes, USAID, para socavar el primer mandato del presidente Donald Trump.
Esto es falso y no es así como OCCRP funciona.
Ante lo dicho, algunos hechos: Una de nuestras historias fue citada en 2019 por una persona que denunció al presidente Donald Trump, lo que derivó en su primer juicio político. Esa historia, como todas las que hacemos, fue realizada sin el conocimiento o participación alguna de nuestros donantes. OCCRP no tuvo contacto con quien presentó la denuncia y solo supo de la denuncia cuando fue reportada por la prensa local estadounidense. Nadie puso en tela de juicio la veracidad de los hallazgos de OCCRP, incluyendo la gente sobre la que escribimos. Mientras tanto, quienes impulsan teorías de conspiración sobre nuestro trabajo no han aportado alguna evidencia de sus dichos.
OCCRP es apolítica. Nuestro trabajo es financiado por una diversidad de donantes, incluyendo individuos de nuestra audiencia, instituciones privadas y un importante número de agencias de cooperación de países democráticos.
Nuestra misión principal es informar al público, exponiendo la corrupción y otras formas de acciones indebidas. De hecho nuestras historias han ayudado a recuperar más de 11 mil millones de dólares a las arcas públicas a través de embargos y multas. Nuestro trabajo ha inspirado reformas legales y empoderado a la ciudadanía para exigir cuentas por la corrupción. De estas formas, OCCRP ha aportado al Gobierno de Estados Unidos más dinero del que ha recibido en subvenciones.
Nos enorgullece exponer verdades que empoderen a la sociedad para elegir sus propios futuros, pero no abogamos por ningún resultado político específico o gobierno. Ni dentro ni fuera de los Estados Unidos.